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martes, 15 de febrero de 2011

LA NOSTALGIA DE HOY



Las olas hacían que se agitara el paisaje, que el verde refulgiera, y que los sentidos del viajero se abrieran para coger un pedazo de agua y distribuyera sus sentimientos por la costa, y aunque fuera ciego, jamás podría olvidar la bravura de las olas melancólicas, que con gran tristeza observó que el mar también es rebelde y deja huella en la mirada. Con semblante serio se dió cuenta de su melancolia, pero los años se encargarían de transformar en alegría lo que antes reproducía tristeza. cuan largo un marinero que con su cinta de medir recoge la pesca, y sus pinceles de pintor se encargan de tañir melodías varias mediante las madrugadas silvandole a la luna y desayunando bollos suizos, así pues, termina de mirar el mar el hombre del semblante triste, y se fue, sin más, con su memoria que siente y padece porque el mar está triste, pero el paisaje también cambia, y fluye, y ya no hay tristeza, ahora la marea está baja y el sol del atardecer atestigua la tranquilidad absoluta. Las olas dijeron adiós al viajero, pero les da su cariño, ama a las olas porque por fin pudo entender que la nostalgia es la encargada de fabricar felicidad a partir de un hecho que no pudo ser disfrutado en el ahora, pero sí en el nuevo mañana de la vida.

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