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martes, 6 de abril de 2010

CRISTALINA

La rama está sequita, los pájaros piden a gritos: agua!, una muchacha sube a la fuente, donde brota agua y un romero le dice: eres tan hermosa que por tí lloraría el cielo solo con verte sacar agua de la fuente y el cielo se acordará de tí y hará llover cántaros de agua poque tú eres la dulce muchacha de mirada cristalina.

ESE CABALLO

A pasos agigantados trotaba ese caballo, detenía sus pasos en la pradera y comía de mi mano, no puedo saber lo que piensa pero me implico en descubrir el porqué tantos caballeros subieron a su dama en el corcel y con elegante majestuosidad ofreció su mano.

DESPERTAR

Las olas mover, las plumas agitar, y la ventana abierta, con los jilgueros cantando esta canción:
"Levántate, que hoy ha llegado el día en el que el sol aparece, mírame a mi, estoy siempre contento, imítame, que a mí me va bien"

CALLES BLANCAS

La lluvia fina baña mi cuerpo y cierro los ojos, y el ambiente se clarea y se pinta de gris, y el olor se mezcla con el ambiente, y huele a vegetación verde y fresca, a calles encaladas, blanquitas y tersas, allá donde imagino la vida tranquila, plagada de alegrías y también de tristezas.

ESE OLOR A TIERRA MOJADA

Esa Lluvia eterna y ese olor a tierra mojada tan característica, hace que me sienta feliz los días en los que estoy más triste, mas la simple vista de la lluvia me relaja y templa estos días tan grises de invierno, días de placidez y frialdad tal vez, frialdad de calles, de gente acomodada y guardada al calor de los salones calientes a base de calefacción, cuan frios son estos días, en los que salgo a la calle, en los que saco mis botas altas para pisar los charcos, sin miedo al agua, sin miedo a la tormenta, que deja a las personas resguardadas de tan calamitosa humedad, y disfrutan de una buena merienda dulce en las cafeterías de la ciudad, donde me gusta ver a los jóvenes universitarios con sus libros, apuntes, cafés y tapas variadas, y las amigas enjoyadas, siguiendo el hilo de conversaciones que tratan de vida personal, y señoras apacibles, charlando amigablemente, con cafés, con bollos, con una tarde en compañía.
Entonces, cada vez que saco mis botas a la calle, y mi chubasquero amarillo, me acuerdo de ese día de olor a tierra mojada, hace años, mientras visitaba un mercado, y esa lluvia hacía mas agradable aquella tarde tan desapacible en la que te conté que me sentí feliz por saber que puedo aspirar la fragancia de la tarde húmeda.

lunes, 5 de abril de 2010

RECUERDOS DE ESA PLAYA FAMILIAR


Di vueltas mientras miraba el arcoiris, tan coloreado, y el cielo gris tras la lluvia. Caminaba y caminaba, roca tras roca, mundo tras mundo, pero ninguno como este, con un agradable frescor que se siente reverdecer en cada madrugada de mi vida, con los almendros y sus rosados colores, subiendo la montaña con la mochila a cuestas, esperando la dulce melodía del acordeón mientras saboreamos delicias del mar al ritmo de cualquier poesía que nos inspire. Cada día me siento en la misma roca, anhelando disfrazar mis esperanzas de volver a iniciar mi viaje por estos lares, que tantos recuerdos de la niñez me evocan, cuando los niños se toman fotos de comunión al lado de la playa, con una magnífica vista, inmortalizando un bello cuadro familiar y tantos años pasé pensando que tal vez una sola foto pueda ser suficiente para recordar que cada sitio que pisamos, cada viaje que hacemos, o cada casa que habitamos, forma parte de la vida, y que a pesar de que el tiempo pasó, todo permanecerá en el recuerdo más sincero.