Escribe y esboza con su pluma y su tintero en los años 20 y narra historias de esos felices años cuando la música hacía vibrar a la mayoría de la gente que se supone que era feliz. Escribe y esboza con su lápiz de mina de carbón el estudiante al que su profesor le encomendó una redacción de su dia a dia como infante, y en esa redacción escribe que se levantó a desayunar y luego fue a jugar al balón con sus amigos en la caseta del bosque, que con tanta ilusión él y sus amigos construyeron y aún cuando pasaron los años, esa caseta tiene una inscripción en madera con sus nombres para el recuerdo. Cuando el cerebro crea, el bolígrafo obedece, pero el cerebro espera tranquilamente la reacción del lector, que necesita encontrar respuestas a sus dudas y cree que su escritor preferido se las va a dar, puede que sí, o puede que no, pero aveces, nosotros, los lectores, necesitamos encontrar algo, que encontramos cuando no buscamos,o que no encontramos por más hojas que nuestros dedos repasen. El escritor es universal porque sus ideas pueden dar respuestas al hombre contemporáneo o al hombre del futuro, y el lector es y ha sido también universal, porque se hace preguntas y aveces no las encuentra. Recordé encontrar una respuesta en un libro muy antiguo, asi que hoy me digo que la vida no ha cambiado nada, que nuestras dudas son siempre las mismas, y que por muchos inventos que haya, por mucha ciencia o por mucha tecnología, la tierra que nos acoge será siempre la misma a pesar del mucho fluir de ideas y de nuevas tendencias. Hay cosas que no podemos cambiar muy a nuestro pesar.
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